Su vida pendía de un hilo, mientras el cañón de la pistola le presionaba la sien y las lágrimas se suicidaban mejillas abajo.
Así lo encontraron, con la cara húmeda, con la mirada perdida y con el pijama rojo.
Dos días después la policía encarceló al padre de una familia tranquila, la madre llorando le gritaba todo su odio.
Dos días más tarde, arrestaron a la esposa de ese marido.
En las noticias de la noche "Matrimonio arrestado por matar al bebé de su vecina y hermana de la esposa".
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