- Madre, de verdad que no quiero ir.
- David, tienes 12 años, es importante ir a ver a tu padre.
- No me gustan los cementerios.
- Debes hacer el esfuerzo, por respeto, por amor a tu padre.
- pero... ¿porqué tuvo que morir papá?
Nunca olvidaré la mirada de mi madre, llena de ira, de odio, brillaba como una hoguera en medio de la noche, ni las lágrimas que escaparon de sus ojos apagaron ese dolor, esa furia.
Fue ese día cuando lo decidí, fue en ese día cuando comprendí cual era mi posición en el mundo, seguir los pasos de mi padre.
- Hijo... a tu padre lo mataron esos que tanto decían amarle, los mismos que defendían cofres de oro, los mismos que robaban a los artistas y luego los mataban por robar la cultura.
- pero madre...
- Escucha, tu padre murió feliz, por que era libre, como su arte y eso no lo pueden matar los ricos, la cultura les sobrevivirá a todos, la música, los libros, eso es eterno.
Han pasado 60 años desde ese día, la música de mi padre sigue sonando en mi reproductor, suena en la red, inmortal, junto a la mía, libres.
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