Hoy he conocido a un ángel, de hermosa voz y mirada inocente. No me ha dicho su nombre, tampoco lo necesitaba, ni antes ni ahora.
Compondré canciones para ella, contaré estrellas y soñaré despierto.
Recordaré su voz, dulce como una balada en el oído de un enamorado, recordaré sus labios, rojos como fuego y recordaré sus manos, finas como la seda y seguras como quien conoce el camino.
Pero no olvidaré su nombre, como tantas otras veces me ha pasado y cuando alguien me pregunte si me he enamorado alguna vez, le responderé que sí, de un ángel que me castigó con la belleza, la dulzura y un secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario